Mansa Musa

El rey del oro

Hago un breve inciso antes de hablarte sobre Mansa Musa. Hoy, 21 de septiembre se acaba el plazo de inscripciones para las clases de danza regulares presenciales. Aquí tienes el formulario de inscripción.

Dicho esto, vamos con Mansa Musa, el rey del oro.

¿Cómo te imaginas que un mallorquín del siglo XIV representaría el oeste de África en un mapa?

Cargado de animales salvajes, con hombres negros con poca ropa agarrando una lanza y con mujeres bellas con bebés a sus espaldas…

Ésta podría ser una imagen que nosotras tenemos, ¿o acaso no hemos visto este tipo de mapas en estos tiempos?

Pues nada más lejos. En el atlas de Abraham Crescas el elemento que más destaca es un monarca negro que tiene una pepita de oro en su mano. Sería el Mansa Musa, un emperador de Mali del siglo XIV (el hermano y sucesor de Abubakari II, del que te he hablado la semana pasada).

De nuevo insisto en la idea de que el Imperio de Mali supuso una potencia que era observada desde lo que era en aquel entonces el sultanato de Granada, los califatos del norte africano y Oriente Medio. Quizá haya sido Mansa Musa el responsable de que las miradas fuesen a parar a su Imperio debido a un acontecimiento que voy a relatarte a continuación.

Por aquel entonces, siglo XIV, el islam estaba bien extendido por el norte de África, lo que conocemos como el Magreb. Las relaciones comerciales entre el antiguo Imperio de Mali y el norte y este de África traían consigo el islam puesto que los comerciantes ya estaban islamizados. La nueva religión, no sólo tenía asociado el comercio, también la escritura y muchos conocimientos.

Esto provocó que los primeros conversos al islam fuesen las clases nobles y pudientes, contando entre ellos a los monarcas. Para la gente de a pie, el hecho de que su gobernador se convirtiese al islam era positivo siempre y cuando respetase la religión tradicional, pues suponía un aumento de sus poderes.

Es en este contexto en el que podemos entender la peregrinación de Mansa Musa a La Meca. Y ha sido esta peregrinación la que ha provocado que las miradas de las potencias de aquel momento mirasen a Mali.

¿Cómo fue la peregrinación de Mansa Musa?

Mansa Musa viajó, pero no fue sólo. Llevaba consigo una corte de 72.000 personas, entre ellas un ejército para defenderse, esclavxs domésticos, consejeros, etc; docenas de animales para portar lo necesario para el gran viaje o servirles de alimento y muchos kilos de oro. Las vestiduras de muchas de estas personas eran elegantes, de seda y oro.

Ningún pueblo por el que pasaban se quedaba indiferente, imagínate. No sólo pagó los gastos que suponía tal comitiva si no que repartió oro entre los pobres de Damasco a la vez que colmaba de regalos a los sultanes, reyes y demás nobleza con la que se entrevistaba.

¡Fue tal la cantidad de oro que repartió que el valor del oro se devaluó! Viendo que había devaluado el oro con sus acciones, compró el oro a prestamistas, pagando un interés muy elevado por el mismo, para intentar compensarlo. Se cuenta la anécdota de que finalmente el Mansa se quedó sin recursos y que tuvo que pedir un préstamo para poder regresar.

Lo más nombrado de este viaje es esta ostentosidad, sin embargo no es lo único relevante para mi. El viaje no era fácil y el regreso fue muy duro. Pasaron penurias, falta de agua y recursos, personas que eran raptadas por los bereberes. Tal fue la dureza que un tercio del séquito que se llevó, no regresó.

Su peregrinación tuvo la doble cualidad: devota y comercial. Quería un reconocimiento por parte de las altas esferas islámicas, pero también poner Mali en el centro del mapa. Y lo consiguió. Así lo retrataron en el mapa más importante de la época, el Atlas Catalán de 1375. El de la pepita de oro en la mano, ese es Mansa Musa.

Mansa Musa, el más rico de la historia

Revistas modernas que hablan de las personas más ricas del planeta, consideran que si corregimos por la inflación del momento, Mansa Musa ha sido la persona más rica de toda la historia; por encima de los conocidos modernos: la familia Rockefeller, Jeff Bezos o cualquier persona de la nobleza que te parezce archirrica.

Pero a ver… que tenga mucho oro eso es casi una proeza de la Tierra y de los que han trabajado para obtenerlo, porque al final eso todo va a parar al monarca y este sin gastar una gota de sudor. Cierto es que no se pueden hacer las cosas de cualquier manera para tener bajo tu poder las minas de oro. Pero vale, muy bien, el tío fue muy muy muy rico y viajó a La Meca ostentosamente, ¿pero hizo algo más?

Sí.

Malgastó mucho dinero, esto es obvio, pero Kanku Musa (también se le llamaba así) consiguió que el Imperio de Mali fuese floreciente en artes y ciencias, un centro de referencia para los musulmanes y para los comerciantes, provocando que tanto desde Europa, como desde Egipto o Nigeria llegasen personas a comerciar con el oro.

De su peregrinación a La Meca, trajo buenos arquitectos de Andalucía o el Cairo que serían los responsables de algunas de las construcciones que todavía podemos ver hoy día. Además de construir mezquitas y madrasas, creó diferentes universidades en las ciudades de Tombuctú, Djene y Gao. En estas universidades se podían aprender distintas ciencias como matemáticas, astronomía o jurisprudencia.

¿De dónde provenía la riqueza?

Dentro de los límites del Imperio de Mali había unas regiones auríferas que producían bastante oro como la de Babuk o Buré. Además, el Imperio cobraba diezmos a agricultores y ganaderos, el comercio pagaba aduanas, los reyes súbditos del Mansa (que es el rey de reyes) le pagaban tributos y todo el oro era del Mansa. No eran desdeñables los motines de guerra y la riqueza generada a través del comercio de oro y sal, principalmente.

Ya Sundjata Keita fue un soberano magnánimo, pues al haber anexionado un vasto territorio bajo su poder, también se había enriquecido. Pues Mansa Musa todavía expandió más los límites del Imperio de Mali llegando a lo que hoy es Mauritania, el Chad, Senegal, Guinea, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea Bissau, Gambia y claro Mali. Más territorios suponían más riquezas en forma de tributos, más posibles territorios auríferos o productores de sal, más esclavxs y más zonas estratégicas para el comercio.

La expansión territorial conlleva mayor inestabilidad, no todo gobernador estaba preparado para ello. De hecho, tras la muerte de Mansa Musa alrededor de 1332, comienza la decadencia del Imperio pues sus sucesores no consiguen mantener las políticas, poder e influencias de Kanku Musa.

Una pequeña reflexión…

Pues que quieres que te diga. A mi me da un poco de pena siempre que soy conocedora de un período histórico en el que una región tiene muchísima riqueza y ésta no revierte en la población. Los registros históricos nos hablan de estos gobernantes magnánimos, pero ¿como vivían los agricultores y ganaderos? ¿los que recogían el oro? ¿lxs esclavxs? ¿las mujeres? ¿lxs niñxs?

Me refiero a que me gustaría saber si su situación mejoraba parejo al crecimiento económico del Imperio. Vamos, que tener un rey que regala oro y que tú tengas que despellejarte para comer, no me parece. Entiendo que la historia no se debe juzgar, pero a mi se me va la cabeza a esos escenarios.

¿Te ha gustado? ¿Conocías a ese personaje? Cuéntamelo en comentarios aquí o en Youtube, o escríbeme (info@danzataniaveiga.com).

La próxima semana te anuncio novedades 😉

¡Abur!

P. D. Recuerda que hoy se cierra el plazo para inscribirte en las clases de danza regulares y presenciales. Aquí tienes el formulario de inscripción.