Volver a Casa Yaa Gyasi

Volver a casa, de Yaa Gyasi

📚La lectura de marzo 2022📚

Los seres humanos somos bastante complejos, como seguramente serán todos los seres del planeta, sólo que todavía somos incapaces de hacernos a la idea.

Creo que sucede con las personas que nuestra historia personal y familiar marca nuestra psicología de una manera intensa y provoca que seamos como aquellos elefantes que al ser criados amarrados a una cuerda y bajo el palo de sus criadores, incluso cuando crecen pudiendo matar de un pisotón a quien los maltrata, siguen sintiéndose pequeños y son sumisos.

Si nuestras experiencias nos llevan a pensarnos poco valiosas, de segunda, poco inteligentes, poco interesantes, etc; aunque seamos una joya, no nos daremos cuenta (y todas somos una joya).


Tenemos definidos unos cuantos síndromes psicológicos relacionados con situaciones vitales concretas:

La pobreza te destroza psicológicamente; tus pensamientos, tus razonamientos, la conducta que deriva de ellos están condicionados por esta situación vital y te llevan a entrar en el definido como “trastorno psicológico de la pobreza”.

Desde la psicología se reconoce también el “síndrome de la mujer maltratada”. Una no piensa de la misma manera antes que después de un período de maltrato, una no es la misma. Cualquier niña que crezca en un entorno familiar en el que estas prácticas son lo habitual, tiene unos muebles distintos en la cabeza, en comparación con aquella persona que no haya vivido estas relaciones entre sus progenitores o cuidadores.

Más relacionada con lo que Yaa Gyasi me ha despertado tras leer “Volver a casa”, estaría la psicología de la marginalidad (pobreza + discriminación).

Puedo leer sobre estos síndromes, puedo leer novelas que tienen por protagonistas personas que padecen estas psicologías y puedo entenderlo, estudiarlo, tratar de empatizar. Pero siempre habrá una gran diferencia entre ellas y yo o entre yo (si soy la que padece estas circunstancias) y las demás personas. La experiencia.

Con todo, las novelas nos acercan y “Volver a casa” te lleva por múltiples historias personales que te permiten acercarte a estas psicologías, a entender que lxs afrodescendientes de hoy traen todo ese drama en sus espaldas. A entender mejor, en profundidad, el Black Lives Matter.

Creo que es muy difícil pensarse desde un estado psicológico sin estos síndromes (podría decirte “sana” pero es que creo que no existe esa salud mental así perfecta…) y reconocer que podríamos acabar sometidas a estos trastornos.

Te digo, eso sí por experiencia propia, que los cambios que empieza la mente de una a sufrir son muy sutiles y al comienzo son voces tipo: es que no te esfuerzas lo suficiente, es que no vas a ser capaz, es que el otro tiene más valor que tú, mejor no protestes porque te están tratando bien… No entiendes que estás cansada y que no te estás valorando al completo por el simple hecho de ser persona.

Y luego esas voces van a más y tú a menos, a no ser que seas consciente de que esto puede pasarte y les pongas freno. Pero para esto ya hay que disponer de ciertos recursos, haber leído antes de que te ocurra y no pensarte inmune a ello.

Pues bien, ¿a dónde quiero llegar?

La autora de este libro ha nacido en Ghana y de pequeñita emigró con su familia a Estados Unidos. Podemos considerarla una representante de la diáspora afrodescendiente estadounidense.

¿Qué puede significar ser afrodescendiente? ¿Y ser mujer afrodescendiente? ¿Y que tu país de origen sea Ghana? ¿Y que el país en el que vives es Estados Unidos? ¿O en el estado de Alabama? ¿O en Harlem?

Cualquier persona, como apuntaba anteriormente, tiene en su psicología influencia de su historia personal, familiar y su cultura. Y en la historia personal y familiar de una persona afrodescendiente han ocurrido bastantes dramas.

Han pasado por las capturas de personas para venderlas al esclavista (ya sea como pueblos capturadores o capturados). Han sufrido la trata esclavista con todo lo que esto puede suponer a nivel psicológico: que te consideren como a un animal, que seas castigado por desfallecer de cansancio, que no puedas hablar tu idioma, que no puedas rezar a tus dioses con peligro de enfurecerlos.

Que no tengas nombre, que no tengas familia, que no tengas raíces por desconocer tu historia. Que te hayan violado, que maten a tu hijo, que maten a tu pareja y te obliguen a mirar su cabeza rodando por el suelo. Que seas “igual” de criminal que un blanco que haya matado a alguien, sólo porque tú no has cambiado de acera al cruzarte con un blanco.

Siendo libre continúan los estigmas: los empleos siempre de segunda o tercera, la escolarización un lujo, te cosifican, la belleza se escapa de tu piel negra, falta de referentes, …

Podría llenar toda esta hoja con una retahíla de violencias que han sufrido muchas de las familias de afrodescendientes americanas que se encuentran dibujadas en “Volver a casa”.

No soy afrodescendiente y no podré nunca traer a mi manera de ver la vida todo ese legado familiar e histórico, por más que lea y estudie. Pero sí estoy más cerca, puedo comprenderlo, puedo interesarme, puedo escuchar a las voces que hoy día (¡gracias!) se alzan y hablan por sí mismas, porque sé que tienen mucho que enseñarme acerca de la humanidad y la historia.

Es necesario para que no nos repitamos. Es necesario para construir una igualdad (si es que fuese posible). Es necesario para no ningunear unas voces que para algunas personas son quejumbrosas, ancladas en un pasado; unas voces que parece que no tienen nada que ver con nosotrxs pues la esclavización es del pasado y la colonización también, pero nosotrxs en este presente no la hemos querido.

Reparación histórica, aunque sólo sea por ese hecho, léete «Volver a casa». Por comprender distintos aspectos históricos en los que tu nación ha estado implicada de alguna manera o por entender el Black Lives Matter, puedes leerte este libro.

Con todo lo que te he contado, no vayas a pensar que es un dramón. Es una novela muy amena, que no tiene tanta carga emocional (quizá haya algún capítulo más duro que otros, supongo que a cada una le llegan distintas cosas). Relata vivencias de personas desde la época de la trata hasta hoy día. Y con eso podemos acercarnos a la Historia desde las personas con sus historias.

Todo lo que yo te cuento, es lo que me ha despertado esta novela. Me ha acercado a una psicología, me ha enseñado unas causas de una situación actual, que hay que trascender, claro. Sólo, insisto, que si no comprendemos estas historias, tampoco podremos comprender a las personas que denuncian el racismo, el propio racismo y la falta de reparación histórica en general.

¡Venga, anímate!

¡Chao!

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